Una tercera
vía energética es necesaria para que España pueda salir del impase energético en que se encuentra. Nada que ver con las denominadas terceras vías
políticas que se han venido desarrollando políticamente en el pasado. Se
trataría de construir una estrategia energética que, asumida o no por los
poderes faticos actuales, permitiese un nuevo equilibrio: técnico-económico que
fuera en concordancia con un servicio de interés general y, sobre todo,
permitiese un desarrollo energético que fuera, entre otras cosas, un tractor
económico para éste país y no un lastre como lo es actualmente.
Yo
personalmente y espero que otros muchos, nos encontramos incomodos con esta
dualidad ficticia, desde el plano de la energía, que venimos pareciendo, en
efecto, parece que nos encontramos solo con dos alternativas: la que podemos
denominar: “la defensora del estatus existente”, alineada con un no desarrollo
de las renovables a costa de cuando sea posible potenciar la nuclear. La otra
sería la siguiente: “¨La defensora del estatus existente” alineada con un
desarrollo de las energías renovables y política medio ambiental y de abandono
total de la energía nuclear.
Estamos
abocados, una vez que transcurra el actual ciclo, a replantearnos, seguramente,
desde una estrategia no explicitada a un
nuevo ciclo de carácter continuista en lo que representa las estructuras
actuales pero con apoyos a las tecnologías suspendidas en la etapa anterior.
El solo
enunciado de lo anterior nos conduce a una situación de más deterioro y,
posiblemente, de no interés para el estatus actual, debido a su propia incapacidad
de seguir perpetuando el modelo que establecieron en conjunción con los
diferentes reguladores, o bien, por la existencia de un nuevo marco regulador
que supera el entorno anterior y en el que no es posible mantener los
privilegios que han venido gozando.
Sin ninguna
duda esa tercera vía es posible y, como siempre, requerirá de una participación
activa de la sociedad civil que fuera capaz de sacar del callejón en que se encuentran,
actualmente, los dos partidos con alternancia de poder existente hasta ahora. Los
poderes actuales pueden ya estar seriamente amenazados ante un horizonte
político inseguro y eso hará posible el nuevo rumbo imprescindible para un país
en bancarrota energética. Construir esa “tercera vía” es muy factible con solo
cambiar el objetivo actual al de un objetivo de: servicio de interés general y
en el que el consumidor y, por lo tanto, el ciudadano es el protagonista del
sector, tan fácil y tan difícil de que unos pocos lo permitan.