El pasado 19 de junio el Ministro
Soria intervino en la Comisión de Energía y en el Pleno del Congreso dónde
expuso algunas de las justificaciones y puntos sobre los que se elabora la
reforma del sistema eléctrico.
Dos aspectos, de los comentados
por el Sr. Soria, pueden explicar cuál
puede ser el alcance de la próxima reforma: por una parte, el resumen de la situación económica del
sistema que avala las decisiones económicas y, por otra parte, la imposibilidad
del actual equipo del ministro de conseguir una nueva ley refundida para el
sector, que anule la anterior ley 54/97 y todo el desarrollo legislativo de los
últimos quince años.
Sobre el punto anterior hay que
recordar que en el documento: PROPUESTA PARA UNA ESTRATEGIA ENERGETICA NACIONAL
elaborado en Faes, se indicaba lo siguiente:
Redactar textos refundidos de las actualmente vigentes Leyes del Sector
Eléctrico y de Hidrocarburos, modificándolas en lo que sea necesario para
asegurar su coherencia.
El Ministro justificó, en la
intervención en el pleno de la mañana, la imposibilidad de acometer una nueva ley, de
la forma siguiente:
Usted me podrá plantear que por qué no refundimos todo eso en una sola
ley. Le diré por qué. Porque aunque esa sería nuestra intención y nuestro
deseo, el sector eléctrico está constituido por tal maraña de disposiciones y
normas de distinto rango que todos los Gobiernos sin distinción de colores
políticos hemos venido haciendo durante los últimos veinte años, que cada
cuestión tiene un aspecto regulatorio distinto. Esa es la razón por la cual
haremos un proyecto de ley, un real decreto-ley, distintos reales decretos y
algunas órdenes ministeriales.
La lógica indica todo lo
contrario, en efecto, porque existe esa maraña de disposiciones es lo que hace
necesario racionalizar y, como se indicó anteriormente, dar coherencia al
conjunto regulado del sistema, sin menospreciar la necesidad imperiosa de
modificar algunos aspectos caducos de la actual regulación.
En lo que respeta a la situación
económica que se centra en eliminar el déficit estructural que todavía persiste
y que es de 4000 M€, hay que resaltar el cambio de nominación de los agentes
involucrados en su absorción. Durante el año pasado se consideraban que eran
tres las partes involucradas: los consumidores, las empresas y la
administración. En sus últimas intervenciones el Ministro las denomina: los
consumidores, el sistema eléctrico y los contribuyentes. No parece que sea
simplemente un tema semántico.
El Ministro hizo un especial énfasis
en resaltar el desvío, con relación a los otros países europeos, de la tarifa
de peaje, es decir de las actividades reguladas, indicando:
La diferencia de precios estriba en que el coste de las actividades
reguladas en España es un 40% más elevado que el coste de las actividades
reguladas en promedio en la Unión Europea. En efecto, para un coste medio de
generación de 50 euros megavatios/hora, el coste de las actividades reguladas
en España es de 74 euros megavatios/hora. Para que nos hagamos una idea, en
términos comparativos, el coste de las actividades reguladas en Alemania es de
54 euros megavatios/hora; 74 en España; en Francia es de 28 euros
megavatios/hora, y en Portugal, de 44 euros megavatios/hora.
Lo anterior, justificaría por
dónde se van a conseguir los 4.000M€ que el sistema necesita para regularizar
su equilibrio, en cualquier caso, el hermetismo sigue siendo la tónica que
rodea a la reforma eléctrica que no será acompañada de un concreción de la
estrategia energética de España, sin la cual poseeremos una nueva regulación
eléctrica que no estará al servicio de la estrategia del sistema energético y, esperemos, que no
sea al contrario.