Me ha parecido muy oportuno la
valoración que ha hecho el Presidente de Aecoc, asociación de fabricantes y
distribuidores, sobre el mercado energético al que calificó de “desastre” y
añadió: “La reforma energética ha enfadado a todo el mundo, el caso del sistema
energético español es un caso de fracaso; igual que se estudian en las escuelas
de negocios los casos de éxitos, debería estudiarse éste como caso de fracaso”
Coincidieron tales declaraciones
con dos citas del sector, la primera fue la presentación de resultados del 3º T
de Iberdrola y la segunda la prórroga de presentación de enmiendas a la Ley del
sector eléctrico, hasta el próximo 31 de octubre, es ya la tercera.Dada la campaña que está desarrollando el Sr. Galán en Europa en el llamado Grupo Magritte formado por 10 CEOs europeos, sus posiciones sobre el sector muestran por dónde discurren los objetivos e intereses de este nuevo lobby. No fue así en esta ocasión, ya que no hubo ningún pronunciamiento hacia Europa, estamos a las puertas de una reunión con el Comisario de Energía.
Galán criticó “los errores de planificación” que han hecho que en España se produzca con las energías “más caras” Mezclar planificación y desarrollo de energías alternativas es un posicionamiento opuesto a la estrategia energética europea, que posiblemente no es avalado por el Grupo Magritte, lo que suena correctamente y ha sido pedido en este caso por Francia, es la armonización de las primas a las renovables en toda Europa.
Lo que debería ser importante y,
por lo tanto, ser objeto de un debate en la sociedad civil es el inicio en el
Congreso de la reforma del sector eléctrico, hito en la nueva etapa del sector
energético español, si la reforma es como consecuencia de un caso de fracaso al
no haberse conseguido los objetivos de la ley 54/97, que no fueron otros que de
conseguir la liberalización de las actividades de generación y comercialización
y, además, el libre acceso a las redes, todo ello para conseguir una mejor posición de los consumidores, debería conseguirse, por uno y por
otros, que los nuevos objetivos quedasen bien claros y se ampliase el de
partida que solo considera la eliminación del déficit, el consensuar que este
ha sido como consecuencia de un “caso de fracaso” sería un paso importante.